La estructura y composición del sistema bancario español se ha transformado de forma muy intensa en los últimos quince años. El número de entidades financieras se ha reducido drásticamente, especialmente en lo que se refiere a las cajas de ahorros, de las que en nuestro país ya solo quedan dos, de ámbito local, en Ontinyent (Valencia) y Pollença (Mallorca). El resto fueron objeto de sucesivos procesos de integración y fusiones, y la posterior bancarización del sector, que se inició tras el estallido en 2008 de una burbuja inmobiliaria que dejó a muchas entidades con sus balances arrasados por la morosidad y el hundimiento del mercado de inmuebles.
Además, la distribución de puntos de atención al cliente también ha cambiado, pasando de estar basada en muchas oficinas pequeñas a un sistema más concentrado, con menos oficinas, pero más grandes y mejor dimensionadas. De manera que, el anterior modelo de servicio de banca, muy capilar y amplio en número de sucursales ha pasado a otro de oficinas de alto valor añadido focalizadas en el asesoramiento y la gestión especializada.
Todo lo cual ha venido acompañado por la irrupción de nuevos canales de banca digital y aplicaciones, banca electrónica y app, que posibilitan que el cliente pueda realizar él mismo sus operaciones básicas y acceder a un número de funcionalidades cada día mayor. De ahí que, si junto a las sucursales, consideramos también las app que los ciudadanos portamos en nuestros bolsillos y que nos facilitan interactuar cuando lo precisamos con nuestra entidad, en cualquier lugar y momento del día, lo cierto es que la red de atención bancaria a disposición del cliente nunca ha sido ni tan amplia ni tan densa como hoy día.
En este nuevo escenario innovador y cambiante que ha transformado el modo en que desarrolla su actividad el sistema bancario, en Cajamar nos adaptamos a esta realidad asumiendo nuestra posición como la entidad de referencia de la banca cooperativa española, reconocida por el buen hacer de nuestros profesionales y el compromiso y fidelidad de nuestros socios y clientes. Una entidad nacida en Almería, hoy día de ámbito nacional, que mantiene una permanente vinculación y dedicación a esta provincia, y en particular al sector agroalimentario, su razón de ser.
Cajamar es la mayor caja rural y una de las diez entidades principales de la banca española, con activos que superan los 60.000 millones y un volumen de negocio gestionado que sobrepasa los 100.00 millones. Su vinculación y compromiso con el sector agroalimentario le ha llevado a convertirse en su entidad financiera de referencia, con una cuota de mercado nacional del 17 %, que en algunos territorios supera el 50 %, muy superior a la que le corresponde por su tamaño. Una entidad, en suma, que afronta el futuro con optimismo y fortaleza, segura de sus capacidades y sin olvidar sus orígenes.
Así las cosas, la antigua Caja Rural Provincial de Almería, creada por cooperativistas agrícolas hace algo más de sesenta años, supo responder a lo que se esperaba de ella. Contribuyó a hacer realidad un nuevo modelo agrícola en la provincia, y ayudó a identificar las bases de su potencial de crecimiento y desarrollo.
Un modelo de agricultura intensiva, en enarenado e invernadero, sobre el que se ha sustentado el proceso de transformación económica y social que ha vertebrado y hecho posible el desarrollo económico y el progreso social de Almería en las últimas seis décadas. Una actividad y desempeño social basado, no solo en la aportación de recursos financieros adaptados a las necesidades de cada momento y circunstancia, sino también en su permanente contribución social: promoviendo la innovación continua en las estructuras y sistemas de cultivo a través de sus centros experimentales, fomentando la investigación, y difundiendo el conocimiento al conjunto del sector para minimizar riesgos e incertidumbres y generar fortaleza y confianza en su futuro.
De ahí que sin Cajamar sería muy difícil explicar la génesis y evolución del «modelo Almería», de igual manera que sin la agricultura protegida almeriense tampoco podría entenderse el crecimiento y la expansión de nuestra entidad, en la provincia y a nivel nacional.
En resumen, el año 2024 pasará a la historia de Cajamar igual que 1963 (constitución de la entidad cooperativa de crédito), 1966 (apertura de la primera oficina al público) o 1984 (traslado de la sede a la entonces Plaza de Barcelona), entre otros. El pasado mes de junio culminamos el traslado de los servicios centrales al nuevo Centro Financiero ubicado en el Parque Científico- Tecnológico de Almería (PITA), construido para atender las necesidades presentes y futuras de la entidad. Una edificación que acoge en siete bloques a 1.500 profesionales que trabajan para proyectar por toda España la cultura corporativa de Cajamar, de lo que ha sido hasta ahora y de lo que quiere ser en los próximos años: una entidad útil para ayudar a generar mejores condiciones de vida, de trabajo y bienestar para las personas en Almería y en España.