Hay varias definiciones del concepto de innovación, pero en este artículo nos quedaremos con la ventaja competitiva que es capaz de generar y mantener una región. La innovación tiene dos apellidos: tecnología y estrategia. El concepto de tecnología se entiende como el matrimonio entre la ciencia y la ingeniería. El concepto de estrategia es más amplio, pero básicamente está relacionado con los procesos y operaciones.
A Almería no le hace falta que venga nadie a explicarnos lo que es innovar, nuestra historia no sólo está repleta de casos de éxito en innovación, sino que de aquí han salido innovaciones que han moldeado y moldean el planeta Tierra, véase el turismo, la minería, o el mal llamado “milagro” del mar de plástico.
La agricultura de Almería no es ningún “milagro”, es más bien un ejemplo de libro de lo que significa innovar y así debería estudiarse en las mejores escuelas de negocios del mundo. Si no fuera por las innumerables innovaciones que la agricultura almeriense ha implementado de forma pionera en el mundo, sería imposible explicar cómo en un desierto, con tierra no cultivable y aislado de Europa, se ha podido convertir en un vergel que “da de comer” a casi toda Europa y modelo a imitar por países enteros como China o México.
Sí, Almería es, en gran parte, un desierto, estamos alejados de todo, aún no tenemos AVE, y podríamos seguir quejándonos de infinidad de cosas... Pero ¿por qué no tomamos esas debilidades y las convertimos en fortalezas? Lamentablemente, Almería no tiene una hoja de ruta clara. Desde fuera no saben bien qué es Almería y los de dentro no sabemos bien qué es y a dónde va Almería.
Todo el mundo sabe que Granada juega en la primera división mundial de la Inteligencia Artificial (IA) y la industria farmacéutica, Málaga es un referente global en telecomunicaciones y ciberseguridad. Y Murcia es líder mundial en regeneración de aguas residuales urbanas. Pero ¿a qué juega Almería? ¿Por qué en lugar de quejarnos no invertimos nuestros esfuerzos y recursos en los sectores que marcarán los próximos 50 años en la historia de la humanidad? Permítame algunas propuestas: alimentación de 4ª-5ª gama, gestión y recuperación de residuos, aprovechamiento de las energías renovables, o la ya mencionada Inteligencia Artificial.
Lo que Almería realmente necesita es un pacto de todos los agentes para definir las líneas maestras de lo que somos y lo que queremos ser. Tenemos que elegir las 3-4 áreas que moldearán nuestro futuro e involucrar a todos, todos, los actores clave para llevarlas a cabo de forma exitosa, coordinada y conjunta. En la mesa de hablar del futuro de Almería como mínimo deberían de sentarse: empresas (Pymes, startups, autónomos y grandes empresas), parques tecnológicos e industriales, administraciones públicas, agentes financieros y de inversión, centros de investigación, agentes y organizaciones sociales. Y, por supuesto, entidades educativas lideradas por la Universidad de Almería, pero sin perder de vista a los centros de formación profesional y enseñanzas medias.
Una de las mayores lecciones que aprendí cuanto estuve trabajando como investigador en la universidad más importante del mundo en ingeniería, MIT y en los proyectos de exploración espacial de la NASA, es que las sociedades no las hacen grandes sus máquinas ni sus edificios. Las sociedades las hacen grandes sus personas, el ecosistema y el contexto. Por ello es fundamental que Almería impulse su talento humano. Personas que transforman ideas en innovación, personas que transforman confusión en claridad; pero sobre todo personas que, con su esfuerzo, son ejemplo e inspiran a las futuras generaciones para que nunca duden de que desde Almería también se puede cambiar el mundo.